miércoles, abril 12, 2006

De ratones y hombres (I): la crónica.


Bueno, amigos, lo prometido es deuda, así que con este artículo empezamos el análisis pormenorizado de la difícil situación del Real Madrid (iba a poner aquello de "el mejor equipo del mundo" pero iba a parecer que escribo el artículo estando pedo y no queda serio).

Para poder analizar una situación, sobre todo una tan complicada como esta, es bueno conocer y entender como se ha podido llegar a ella y este va a ser el objetivo de este primer artículo, quedando para el siguiente artículo (si es que no hay más) los diagnósticos, propuestas, etc.

Hace ya bastantes años, cuando Aznar hablaba catalán en la intimidad, no todo el mundo tenía móvil, yo tenía pelo, etc., el presidente del Real Madrid era un lamentable personaje llamado Lorenzo Sanz. El club estaba todos los días en lás páginas de sucesos por los hechos más rocambolescos que se puedan imaginar: el presidente sacaba dinero de la caja fuerte para una timba de cartas con Jesús Gil, los Ultras Sur derribaron una de las porterías en una semifinal de la Copa de Europa (yo estuve ese día en el estadio, que bochorno), gran parte de la directiva (incluyendo al vicepresidente primero) se rebelaba contra el presidente, los hijos de este estaban o habían estado enchufados de un modo u otro en el club, etc. La situación económica era pésima, no había ni para pipas, pero eso no impedía que de algún modo se sacase dinero (se debía pedir prestado a los Corleone o algo así) para inversiones tales como pagar casi 3.000 millones de pelas por un tal Elvir Baljic (creo recordar que se escribía así), más de 1.000 por Geremi, más de 5.000 (!) por Anelka... (1). En el ámbito deportivo, la línea era muy irregular: después del primer año de mandato (excluyendo la temporada que cogió a medias, de la que no se le puede hacer del todo responsable, aunque era antes el vicepresidente), en el que se ganó la liga con cierta brillantez, el equipo ni tan siquiera volvió a dar sensación de tener opciones reales de optar al título. No obstante, en Europa las cosas fueron muy bien, al ganar la Copa de Europa en los años 1998 y 2000, con una mezcla de buen juego en partidos clave y suerte a raudales en ciertos momentos.

Precisamente después de ganar la última Champions, Sanz se sintió suficientemente seguro como para, después de una temporada muy difícil, en la que se había visto muy contestado, convocar elecciones anticipadas, que, sorprendentemente, perdió ante Florentino Pérez.

La situación que heredaba Pérez en Julio de 2000 era, como ya he indicado, muy preocupante. El equipo de fútbol había ganado, ciertamente, la Copa de Europa, pero en la Liga (no en vano llamada "Torneo de la Regularidad") había sido quinto. El equipo de baloncesto había ganado la Liga pero no era ningún secreto que estaba dejado de la mano de Dios (y así ha seguido). La situación económica era una ruina. La imagen del club estaba por los suelos. A la nueva directiva le esperaba un trabajo hercúleo.

No quiero explayarme en un tema en el que parece haber un consenso general, pero no cabe duda de que el trabajo de Florentino (le vamos a llamar así, aunque Pérez tenga menos letras y sea por lo tanto más rápido de escribir) y su gente fue, en ciertos aspectos, brillante. En un par de años, el Madrid tenía un balance saneado, gracias al pelotazo de la Ciudad Deportiva (que, por cierto, la directiva anterior había intentado sacar y no pudo lograr y otros clubes han hecho, estan haciendo o intentan hacer gestiones similares) y , casi más difícil en un mundo como este, el margen ordinario (que no cuenta con ventas de jugadores y similares) era positivo, gracias al tema del marketing (las famosas camisetas). Asimismo, el club volvía a dar cierta sensación de señorío y cuidaba su hasta hacía poco maltrecha imagen. Los grandes fichajes del equipo de fútbol, la incansable actividad del presidente, la inicialmente positiva trayectoria deportiva, el centenario de la fundación del club, celebrado en 2002... acabaron por poner en órbita en el ámbito mediático mundial al Real Madrid.

No obstante, aunque a alguno en la directiva se le olvidara, el Real Madrid no es S.A., sino C.F. (es decir, club de fútbol), lo que quiere decir que todo esto no es más que una condición necesaria pero no suficiente para que las cosas vayan bien, siendo, al final y como siempre, lo importante que la pelotita entre o no entre. En esto nos vamos a centrar a partir de ahora.

Y, bueno, al principio, la pelotita, a trancas y barrancas, entraba. Los primeros tres años, no sin bastante suerte, se ganaron dos ligas, una copa de Europa y una Intercontinental, aparte de otros trofeos menores. Se ficharon jugadores de talla mundial (Figo, Zidane y Ronaldo), se mantenían (aunque algo postergados) parte del bloque y el entrenador heredados de la etapa anterior y se trataba de fomentar la cantera, haciendo famoso el lema "Zidanes y Pavones".

En el verano de 2003, Florentino se encontraba en la cima del mundo. Llevaba varios años ganando siempre algún título importante, en el palco del Bernabéu se reunía la creme de la creme del país, el fichaje recién anunciado de Beckham aseguraba la primacía comercial del club sobre el Manchester, su gran competidor a nivel económico, el Madrid estaba considerado un modelo de gestión... y tras un absurdo y lamentable motín de la plantilla en la celebración del título de Liga, la directiva decidió despedir a Vicente del Bosque y Fernando Hierro, entrenador y capitán, respectivamente, del primer equipo y contratar a Carlos Queiroz, por entonces segundo entrenador del Manchester, como sustituto de Del Bosque. En su momento, aunque se dice que no hay que cambiar lo que funciona, pareció una decisión razonable, puesto que parecía que se podía sacar más partido a la plantilla del que se había sacado hasta entonces y los jugadores parecían dar cierta imagen de niños caprichosos. Ahora, con más perspectiva, se ve de forma distinta.


La temporada 2003-04, así, presentaba grandes expectativas e incertidumbres. Se había fichado a Beckham (buen jugador, que duda cabe, pero que deportivamente no era necesario ni mucho menos) y prescindido de Makelele, único currante en un centro del campo de artistas, lo que remataba una arriesgada apuesta de Florentino: desprecio por las teorías tradicionales del fútbol (equilibrio del equipo, necesidad de tener jugadores defensivos de contención...), apuesta por el espectáculo, renovación por varios años de casi todas las estrellas mediáticas, despido de jugadores considerados "de relleno", centrándose en el lema de "Zidanes y Pavones", etc. La cosa fue bien durante un tiempo, en el que subió un soufflé que acabaría por hundirse en primavera, con la pérdida de la final de copa, la derrota en una eliminatoria de la Champions que estaba encarrilada y un brutal desplome en las últimas jornadas del campeonato de Liga. Al final de esa temporada, de cara, en gran medida, a las elecciones de ese verano, se cesó al entrenador, fichando a un hombre querido por la afición y con perfil de "duro" con la plantilla como José Antonio Camacho, se prescindió del director deportivo, Jorge Valdano, que estaba muy "quemado" de cara a la hinchada, se renunció a la política de "Zidanes y Pavones", fichando a defensas y jugadores de contención, lo que hasta ese momento era tabú, etc. En el último gran triunfo de Florentino como presidente del club, los socios refrendarían la gestión de este en su primer mandato con más de un 90% de los votos emitidos a favor de su candidatura, frente a los escasos apoyos cosechados por su antecesor, Lorenzo Sanz (no me explico como fue capaz de presentarse, la verdad) y un desconocido Arturo Baldasano.

El año siguiente, no obstante, siguió con la línea descendente del anterior, sumando, además, el inicio en la inestabilidad en los banquillos. Después de la tercera jornada de Liga, dimitía, por razones desconocidas (aunque cabe suponer que por diferencias con el presidente por no apoyarle este con la plantilla), Camacho, sustituyéndole García Remón, que era parte de su equipo de colaboradores. Sin embargo, en navidades, tras el fichaje de Arrigo Sacchi como director deportivo, se prescindía de un entrenador que tenía mucha pinta de interino y se fichaba a Wanderley (¿era con "i" latina o griega?) Luxemburgo, que sería el entrenador con el que se acabaría la temporada. Por supuesto, como cabía esperar, el equipo no dió pie con bola, quedando descartado pronto para la lucha por el titulo de Liga, que ganaría un renacido Barcelona y siendo eliminado muy pronto en el resto de competiciones.

En vista de todo esto, el pasado verano el Madrid hizo un gran desembolso económico, fichando por auténticas millonadas a diversos jugadores de todas las posiciones, en un desesperado intento por acabar con la sequía de títulos, en el que se ponían en manos de Luxemburgo, que empezaba la temporada por primera vez con el equipo. Lamentablemente, desde el principio se vió que este no daba la talla, lo que propició el cese del entrenador, nombrando como sustituto, al principio, de forma oficialmente provisional, luego confirmado para el resto de la temporada, pero con la palaba "interino" tatuada en la frente todos los días, al responsable del segundo equipo, Juán Ramón López Caro (también conocido como "El Beato"). Por su parte, al año de haber venido se iba Sacchi, siendo sustituido por Benito Floro. En lo sustancial, en todo caso, estos cambios no variaron sustancialmente la marcha del equipo, que a fecha de hoy (miercoles santo de 2006) está condenado a luchar por quedar segundo, para desesperación y hastío de la hinchada, que ve encima como el Barcelona va a ganar la Liga de nuevo y quien sabe si se llevará también la Copa de Europa.

Tres años de sequía, mal juego y constantes "papelones" deportivos del equipo son demasiados, por muy buenos resultados económicos que se presenten en cada ejercicio y muchas camisetas que se vendan. Finalmente, el pasado mes de Marzo, Florentino Pérez se declara incapaz de sacar adelante la situación, dimitiendo como presidente del club. La Junta Directiva nombra en su lugar a un desconocido que parece ser (cualquiera sabe) que iba como vocal en la lista del dimisionario en las elecciones de Julio de 2004: Fernando Martín.

Y así es como estamos ahora en el Real Madrid: con un presidente nombrado a dedo y que no ha sido votado por los socios, lo que hace inevitable que sea percibido como un cargo provisional mientras no sea refrendado en las urnas, un entrenador interino que hasta los chinos de Rusia saben que no seguirá la próxima temporada y unos jugadores bajo sospecha por llevar tres temporadas sin rascar bola, de los que se sabe que no va a seguir la mitad y la mitad del resto se quiere ir. Un desastre, vaya, solo nos falta que se hunda el Estadio por culpa de las obras de la M-30 o algo por el estilo.

En fin, esta es la triste historia de los últimos años del Real Madrid. Pero esto no ha sido más que una crónica, a partir del próximo artículo empezaré con el análisis de lo sucedido y la propuesta de soluciones.

De momento, esto es todo. Vaya tocho que me ha salido. Un abrazo.


(1): vale, lo reconozco, son cifras que doy de memoria y sin contrastar, pero no voy muy desencaminado.