miércoles, mayo 03, 2006

Cóndor pasa.

Como ya sabréis, el presidente de Bolivia, Evo (si, va en serio, se llama así) Morales, ha nacionalizado por decreto el petróleo y el gas de este país, lo que ha definido como "un acto de valentía". No voy a decir que no lo sea, porque algo hay, pero la cosa es más compleja, por lo que vamos a dedicar las próximas líneas a estudiar esta decisión.

Bolivia es un país pobre, incluso en relación a los estándares de la zona, a pesar de tener unos recursos naturales razonablemente buenos, con las segundas reservas de gas del continente. Como suele suceder en los países subdesarrollados, estas reservas vienen siendo explotadas por empresas extranjeras, lo que hace que una medida como la que acaba de tomar el gobierno de Morales sea una constante tentación. Pero, ¿es un acierto?

La nacionalización de los recursos naturales que está promoviendo Bolivia tiene, en mi opinión, dos claros objetivos. El primero sería intentar apoyarse en ellos para tratar de impulsar el crecimiento económico del país, dejando todos los beneficios resultantes de la producción, exportación, etc. de el gas, el petróleo... dentro de éste, evitando que una parte más o menos sustancial de las ganancias quede en manos extranjeras. El segundo, en mi opinión, es casi más evidente todavía y es impulsar la imagen del gobierno ante la opinión pública con un acto de demagogia barata, algo así como "devolver al pueblo las riquezas de la patria" robadas o compradas a bajo precio (por culpa, claro, de anteriores gobiernos) por capital foráneo.

Respecto al tema de política interna, poco cabe decir. Si a menudo no entendemos lo que pasa aquí, empezar a analizar las decisiones políticas tomadas al otro lado del mundo ya sería para nota. Además, esta nacionalización estaba, al parecer, en el programa con el que Morales ganó las elecciones, con lo que no creo que haga falta añadir más, toda vez que los votantes han respaldado previamente la gestión.

Otro cantar es que la medida vaya a tener los efectos deseados en el ámbito económico. La idea es, parece claro, mantener toda la riqueza producida por uno de los principales activos bolivianos dentro del país. Lo que ocurre es que es posible que echando, de uno u otro modo, a las empresas extranjeras que estaban llevando a cabo la explotación, hasta ahora, de los recursos nacionalizados, la riqueza que quede en el país sea menor. Me explico. Es cierto que con una extracción, tratamiento, comercialización..., de todo lo relativo al gas por capital boliviano todos los beneficios generados por éste se mantendrán en esta nación. Pero puede ser que, gracias a la mayor experiencia, tecnología más avanzada, mejores métodos de producción, posibles economías de escala, contactos comerciales... de las empresas extranjeras que operaban en suelo boliviano los beneficios generados por el gas fueran mayores, con lo cual cabe la posibilidad (nada desdeñable) de que la parte que redunda en Bolivia, mediante impuestos, salarios pagados a empleados nacionales, concesiones, etc. de los beneficios obtenidos por empresas extranjeras sea mayor que la totalidad de los beneficios obtenidos por la explotación boliviana, lo que haría ineficiente, desde un punto de vista económico, esta gestión. Sin números a nuestra disposición, tratar de dilucidar cuál de estas alternativas es mejor es una misión totalmente imposible, pero, salvo que se hubiera concedido, en su momento, al capital extranjero el acceso a estos recursos a un precio muy bajo, no parece probable que la nacionalización sea una medida especialmente brillante, lo que hace pensar que el objetivo real de ésta fuera puramente político.

Porque, además, aún suponiendo que fuera más eficaz para su economía la explotación boliviana del gas, hay un efecto claramente negativo derivado de esta decisión: ahuyentar el capital extranjero, que es un elemento muy asustadizo y, al mismo tiempo, terriblemente importante en el crecimiento de un país pobre. ¿Quién invertiría en un país donde te pueden cambiar, de forma arbitraria, las reglas del juego? La seguridad jurídica es básica para que entren divisas en un país y conculcarla es muy mala idea si se quiere sacar adelante la coyuntura económica. Al contrario, si Bolivia diera garantías de estabilidad, dados los bajos precios que tendrá para invertir y comprar, podría tener en la inversión extranjera un fuerte apoyo en su proceso de desarrollo.

En resumen, en mi opinión, nos encontramos con un acto puramente demagógico para consumo interno, con el que se pretende recurrir al siempre socorrido "enemigo exterior" para hacer populismo y ganar las simpatías del electorado.

Por último, una breve reseña sobre la política exterior española. Resulta que Morales es uno de los "aliados" de nuestro gobierno en el mundo y la segunda empresa con más presencia en el sector gasístico boliviano es Repsol. Aunque es cierto que el impacto en esta empresa de la decisión del gobierno de Bolivia puede no ser tan importante como podía parecer (su cotización en Bolsa bajó tan solo un 0,63% el lunes), no deja de ser un nuevo tropiezo de nuestra diplomacia, que muestra la poco lúcida política internacional del gobierno de Rodríguez Zapatero, en la que parece estar volcando, al menos parcialmente, los guiños al sector más izquierdista de su electorado (ciertas simpatías con Castro y Chavez, absurdos desplantes a E.E.U.U., etc.) . No voy a decir que haya que imitar la política de "vivan las caenas que Bush nos ponga" de Aznar, pero este gobierno podría, a mi juicio, defender mucho más eficientemente nuestros intereses en el mundo si prescindiese de ciertas aventuras poco claras y optase por una línea más pragmática.

Bueno, queridos lectores, eso es todo por ahora. Un abrazo.

3 Comments:

Blogger juan pulas said...

Estoy practicamente de acuerdo en todo, lo que ha hecho morales, es un gesto basicamente populista y todo eso, pero no por ello malo, solo será malo si a) como tu dices no consiguen explotarlo bien y creo que si realizan un proyecto como es debido ,lo cual me temo que no va a ser asi, pueden hacerlo a medio plazo como cualquier empresa extranjera y b)el posible beneficio conseguido se va invertir como se deberia o al menos va a llegar a donde debería.
En fin, tengo muy poca fe en la especie humana y creo que la cagarán, pero si al menos se intenta hacer "de verdad" a mi me valdrá.

Por otra parte ZP no esta haciendo una politica exterior tan mala, lo que pasa que nos acordamos de que si Fidel, si Chavez, ahora este feliz personaje... y es que forma parte de los gestos a su gente de izquierdas: abrirse a America Látina(recordemos que ha recibido a más presidentes de nuestro hermano continente) pero quedan los anteriormente citados gracias a la machacante máquina opositora y sus medios y porque, todo sea dicho, este gobierno es más blando que la mierda de pavo... En todo caso como dijo la vice mejor Sudamérica que las Azores

5:01 p. m.  
Blogger juan pulas said...

Bueno, creo que la vice lo dijo por las fotos en África... da igual, le cogo la idea para el caso que nos ocupa :P

6:03 p. m.  
Blogger El Edu said...

Ya hablaremos del tema si quieres el domingo cuando nos veamos, pero el caso es que la decisión, en términos generales, creo que probablemente será mala al final para Bolivia, porque espanta a los posibles inversores. En lo relativo a la política exterior de Z.P. creo que es de sus flancos más ddébiles en lo que llevamos de legislatura. Los sainetes de cuando querían sacarse la foto con Bush o con Condolezza Rice en las reuniones de la OTAN eran penosos y todo porque tenían cagadas como aconsejar a la gente que se fuera de Irak, apostar por kerry en las presidenciales de 2004, etc. Además es que el tío es un gafe, dice que Merkel ha fracasado en las elecciones alemanas y al final la eligen canciller, vaya papelón. Aunque es cierto que todo lo amplifica la maquinaria mediática de Pedro J. y sus muchachos, la verdad es que el tema de Asuntos Exteriores no está bien gestionado. Eso sí, en la legislatura anterior tampoco íbamos sobrados, Aznar parecía en director de la oficina del Botones Sacarino, que doblaba la bisagra con el presidente de la empresa (en este caso Bush y Blair) y era un déspota con Sacarino y otros empleados (Suramérica, Marruecos, etc.). los Ministros que tuvo, por lo menos al final (Piqué y De Palacio) eran para echarlos de comer aparte. Pero eso no quita para que ahora la cosa no esté bien llevada.

11:37 p. m.  

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