domingo, septiembre 03, 2006

Se acabó lo bueno.

Con la llegada de septiembre vuelven todas esas cosas que nos habían dado un respiro durante agosto. Aparcar es otra vez un infierno, hay atascos por las mañanas para ir al curro, tienes que hacer cola en la taquilla del cine, etc. A pesar de que el nuevo mes trae algunas cosas positivas, como la vuelta de la liga de fútbol o una leve mejora en la programación televisiva (que toca fondo en verano), el saldo es netamente negativo gracias a un suceso totalmente desafortunado: vuelven los políticos.

Algunos diréis "pero, ¿es que se han llegado a ir?". Es cierto que como en muchas otras cosas, el "Efecto Agosto" no es como hasta hace unos años y cada vez hay más políticos que se quedan de guardia y declaraciones desde el lugar de vacaciones o similares de los que se han ido, con lo que el runrun constante que caracteriza a nuestra política no se ha llegado a anular, ni mucho menos, como hacía antaño. No obstante, la reducción de la actividad política en los meses de estío y la menor atención que prestamos a las noticias en este periodo hacen que tengamos un pequeño descanso, que, al igual que las vacaciones laborales, se hace corto y parece insufiente para afrontar la que se nos viene encima.

En fin, como no nos queda otra, habrá que poner al mal tiempo buena cara y de paso, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, vamos a hacer un análisis de como será la temporada política 2006-07, que viene con varias citas electorales bajo el brazo y ¿cómo no? con polémica a raudales.

Para empezar: elecciones en Cataluña.

Después de lo que ha caído sobre el tema del Estatut, lo cierto es que esta cita electoral no va a ser tan importante en la vida política española como hubiera podido parecer hace unos meses, aunque no va a dejar de tener cierta incidencia. Ni socialistas ni populares se van a jugar, a nivel estatal, gran cosa en estas elecciones. Los primeros han visto que han sufrido el mayor desgaste en lo que va de legislatura a causa de su entrada en el gobierno catalán, la coalición que formaron para ello y su principal proyecto, la reforma del estatuto de autonomía. Así, para Zapatero y sus muchachos no es prioritario mantener el poder en Cataluña. Un eventual gobierno catalán de CiU les quitaría problemas en el resto de España y allanaría el camino para una mayor colaboración en el Congreso de los Diputados con el grupo parlamentario de esta formación, lo que facilitaría la gobernabilidad y le daría cierta imagen de moderación que agradaría al electorado de centro, al que a veces pueden inquietar IU y ERC, sus apoyos en la investidura. Los segundos saben que no es ahí donde se juegan las habichuelas, toda vez que su espacio electoral lo ocupa mayoritariamente el partido de Mas y están condenados a un papel muy secundario. Con mejorar los resultados de 2003 o, al menos, no quedar muy por debajo de éstos, seguramente se den con un canto en los dientes.

No obstante, los partidos de ámbito catalán, incluyendo las "sucursales" de los dos partidos antes mencionados, pondrán toda la carne en el asador para llevarse el gato al agua. El resultado, como en un partido de alta rivalidad, es, a día de hoy, totalmente impredecible. En previsión de que más adelante escriba un artículo monográfico sobre este tema, no me extenderé más, aunque merece la pena señalar que el nombramiento como candidato del PSC de José Montilla dará lugar en los próximos días a un...

Cambio de cromos.

Pues sí, el próximo Consejo de Ministros será, sin duda, el último de Montilla como Ministro de Industria, papel en el que será sustituido por el actual alcalde de Barcelona, Joan Clos, al parecer algo quemado ya en el cargo. No se esperan más cambios de cartera este curso (ya hubo una pequeña remodelación la pasada Semana Santa, que comenté con mi habitual estilo y precisión en esta misma web) con la excepción de un posible relevo, a comienzos de la próxima primavera, en el Ministerio de Justicia, si Zapatero consigue vender a López Aguilar la moto de que se presente como candidato del PSOE a la presidencia de Canarias. Pero me estoy yendo por las ramas. En lo relativo a Industria, el nombramiento no tiene mayor transcendencia, salvo señalar que se mantiene el origen catalán del titular de la cartera (¿tendrá algo que ver con que se haya dicho siempre que el pueblo catalán es "muy industrioso"?) y que Clos hereda todo el embrollo de la OPA de Endesa, que seguramente siga dando que hablar. No cabe esperar, en todo caso, que se salga de la línea que deja marcada Montilla.

Proyectos legislativos.

En el curso que va a comenzar va a haber varias leyes nuevas que van a ocupar el primer plan informativo durante una buena temporada, algunas de las cuales se han ido presentando en los últimos meses. El gobieno tratará de dar todo el bombo que pueda a la Ley de Dependencia (aunque lo prioritario sería que pusiera pelas para que no quede en papel mojado, cosa que aún está por ver) y a la de Igualdad y nadará entre dos aguas con la de Memoria Histórica, tratando de contentar a sus socios parlamentarios y a su electorado más de izquierdas sin resultar al mismo tiempo demasiado radical. Estos últimos dos proyectos son, de paso, unas nuevas pieles de plátano que Zapatero le pondrá al PP y que éste se prestará a pisar votando que no, con lo que aparentemente estarán en contra de profundizar en la equiparación entre hombres y mujeres, en hacer justicia con los represaliados por el régimen franquista, etc. En lo relativo al gran proyecto que el gobierno tiene que sacar todos los años, los Presupuestos generales del Estado, no parece que vaya a sufrir demasiado para sacarlos adelante, visto el buen clima que preside las relaciones entre el PSOE y los grupos minoritarios de la cámara, aunque la presencia de las elecciones catalanas puede introducir un elemento de incertidumbre en el voto de CiU y ERC. Si no cuenta con ninguno de ellos, el presidente puede pasarlo peor de lo previsto.

Los temas de siempre.

Tan seguro como que el sol sale por el este, durante los próximos meses seguiremos oyendo hablar de inmigración, el diálogo con ETA y la reforma de diversos estatutos de autonomía. Dado que el tercero de estos temas se encuentra en un claro declive, tras la entrada en vigor del Estatut y el frenazo dado ya hace tiempo en el Congreso al Plan Ibarretxe, aunque tenga todavía cuerda para rato (referendum andaluz incluido), la gresca entre PP y PSOE se centrará en los dos primeros. Dado que son temas complejos y muy cansinos (sobre todo el de la inmigración, del que me agota discutir) y a que no quiero escribir un tocho comparable a "Guerra y Paz", me remito a artículos monográficos sobre cada uno, que sacaré cuando logre reunir fuerzas para tamaña ocasión. En todo caso, según avance el año que viene, todos estos asuntos quedarán ensombrecidos por...

El gran final: elecciones municipales y autonómicas.

Desde comienzos de la primavera o incluso antes empezará una reñida campaña electoral que prácticamente no acabará hasta después de las elecciones generales, previstas, a priori, para marzo de 2008. Mientras tanto, para mayo o junio tendremos un importante aperitivo, en forma de elecciones municipales y autonómicas en todas las comunidades excepto Andalucia, Cataluña, Euskadi y Galicia, cuya resaca, en forma de análisis, nombramientos, pactos postelectorales, etc., llegará hasta bien entrado el verano. En vista de lo mucho que se juegan, Zapatero y Rajoy se involucrarán a tope con sus primeros espadas y candidatos locales y regionales en estas elecciones, que serán tenidas en cuenta como primarias de las legislativas del año siguiente. Falta mucho para la cita y seguramente ya tendremos tiempo de comentar la jugada como se merece, pero aparte de predecir que todos ganarán (en este país tiene que irle muy mal la cosa a un partido para que reconozca que ha perdido unas elecciones), creo que será difícil un cambio demasiado significativo en el mapa autonómico español (actualmente, si no me falla la memoria, de las que renovarán sus parlamentos, Castilla - León, Madrid, Navarra, La Rioja, Valencia, Baleares y Murcia están goboernadas por el PP y Castilla - La Mancha, Extremadura, Asturias, Cantabria y Aragón por el PSOE, en algunos casos coaligado con otras fuerzas políticas, con Canarias en manos de CC), aunque algunas mayorías fueron algo ajustadas en 2003, como en los casos de Cantabria y Baleares y puede haber algún cambio. En las municipales, que son a nivel nacional, la última vez hubo un empate técnico en votos entre los dos grandes partidos. El PSOE, ahora en el gobierno y por encima en las encuestas, deberá tratar de ganar con claridad y recuperar alguna alcaldía importante (junto con algún gobierno autonómico, preferiblemente sin apoyos externos comprometedores, como los de Galicia o Cataluña) para mantener la extendida impresión de que ganará las generales. El PP, por su parte, consideraría, sin duda, un triunfo mantener los resultados de la anterior ocasión. Pero, claro, faltan unos nueve meses y la cosa puede dar muchas vueltas...

Mientras tanto, queridos lectores, paciencia y tranquilos, que ya os iré informando de todo lo que surja en la piel de toro y parte del extranjero. De momento, un abrazo muy fuerte.