Episodio I: El "Pato Cojo"
Hace cosa de algo menos de un mes, en un país lejano, muy lejano, al otro lado del Atlántico...
El Emperador ha sufrido una importante derrota en las elecciones legislativas del día 7, que supone la toma del control de las dos cámaras por parte de la oposición demócrata, que ha basado su campaña en la crítica a su gestión. Los Demócratas, que estaban hasta ahora con la moral muy baja, se encuentran con un gran empujón anímico y con nuevas armas para hacer oposición, con la vista puesta en las elecciones a emperador de dentro de dos ciclos solares. Los Republicanos, por su parte, tratan de reagruparse y de desligarse, paulatinamente, del principal causante de su derrota, el Emperador. Este último, sabedor de que no podrá presentarse en 2008 y deseoso de salvar la cara, ha pedido ayuda para solventar la calamitosa situación generada tras la invasión del Sistema Estelar Irak y ha destituido a su asesor de defensa, Lord Rumsfeld, considerado unánimemente como uno de los causantes de este problema y ofrecido, así, como cabeza de turco...
Bueno, ya sabéis de que va, claro. Este mes ha habido elecciones al Senado y la Cámara de Representates de Estados Unidos, con los resultados antes descritos: los Demócratas, que llevaban muchos años en la oposición, han recuperado el control de ambas cámaras. Creo que se impone hacer un análisis de la nueva situación política en la superpotencia mundial, en especial sobre si va a haber alguna repercusión tangible en la política internacional y como se van presentando las elecciones presidenciales de 2008, en las que ambos partidos tendrán que buscar candidato, toda vez que Bush (como decía antes) no podrá optar a una nueva reelección.
La primera conclusión parece sencilla: Bush ha perdido mucho margen de maniobra. No se trata solamente de que, en opinión de todos los analistas, sea el causante de la derrota de los republicanos, al estar gran parte del electorado en contra de su gestión, a causa de la mala marcha de los acontecimientos en Irak, la gestión del desastre del Katrina, etc. Al fin y al cabo, este tipo de elecciones celebradas a mitad de legislatura son muy proclives a dar lugar a votos de castigo contra el gobierno. Sin ir más lejos, su predecesor, Bill Clinton, sufrió una derrota similar a los dos años de llegar a la Casa Blanca, en las elecciones parciales de 1994, que dieron la mayoría a los Republicanos, que llevaban décadas en la oposición en el legislativo, lo que no impidió que lograra la reelección, de forma muy holgada, en 1996. Por el contrario, el principal obstáculo con el que se va a encontrar el presidente estadounidense va a ser el resultado de estas elecciones: un poder legislativo en manos del Partido Demócrata, que le tiene muchas ganas y le va a marcar muy ferreamente y un Partido Republicano que le va a secundar de una forma mucho menos incondicional que hasta ahora, al ser un presidente con "fecha de caducidad" y que parece haber perdido el favor del electorado.
Ahora bien, ¿en qué se va a traducir todo esto? En lo relativo a la política a seguir por Estados Unidos en el mundo, no está claro que las repercusiones vayan a ser demasiado profundas. La acción exterior suele ser, en casi todas partes y más aún en un país tan presidencialista como el que nos ocupa, patrimonio del poder ejecutivo, con una intervención del legislativo muy limitada. Además, los Demócratas han ganado con un discurso de oposición y crítica de los errores de la gestión de Bush pero no parecen haber encontrado un perfil propio, con propuestas alternativas. Por lo tanto, no parece que quepa esperar un viraje demasiado acentuado en la política internacional de Bush. No obstante, el cese de Rumsfeld, algunas declaraciones y gestos públicos del presidente y el, ya comentado, voto de castigo sufrido por este dan a entender que puede moderar un poco su postura y distanciarse de la línea más dura de su gabinete, desechando algunas ideas un tanto descabelladas, como una eventual invasión de Irán (sobre la que se venía especulando desde hace tiempo) y dejando a su sucesor la solución del espinoso y muy delicado tema de Irak, que cada vez pinta peor.
En lo relativo a las elecciones de 2008, sería un error dar por favoritos a los Demócratas por haber ganado las elecciones del pasado día 7. Como ya he indicado, en las legislativas de este mes han ganado al capitalizar la decreciente y escasa popularidad de Bush, pero eso no les bastará, ni mucho menos, para que el presidente dentro de poco más de dos años sea de su partido. Les falta lo más importante: un candidato con posibilidades. Lo demás (programa, propuestas, soluciones para los problemas del país, etc...) es secundario y se supone que vendrá dado por éste. A fecha de hoy, no obstante, solo aparece como posible "presidenciable" por este partido la esposa del anterior presidente, Hillary Clinton. Aunque parece haber cierto sector de la opinión pública americana y mundial que parece estar contento con la idea de que pudiera ser elegida, por aquello de la "primera mujer presidente", la igualdad entre sexos, etc., lo cierto es que no parece una candidata con posibilidades reales de ganar, puesto que es una figura pública que causa mucho rechazo en grandes sectores del electorado, que se podrían identificar con la "América Profunda" de los estados del centro de los Estados Unidos, que la identifican mucho con la élites de la Costa Este y la ven muy estirada. Que les cae muy mal, vaya. Esto es un lastre demasiado grande y no creo que, por mucho que cambie su posicionamiento político, imagen pública etc., pueda solucionarlo.
Por el contrario, los Republicanos cuentan, a priori, con un posible candidato muy solvente y con grandes posibilidades de victoria. El senador McCain (que yo sepa, no está relacionado con las patatas fritas, aunque no podría asegurarlo) ya estuvo en la carrera electoral de 2000, en la que puso muy difícil la nominación republicana a Bush. Tiene un perfil más centrista que éste y parece conectar muy bien con la gente. Según las encuestas, es el mayor favorito para ser próximo inquilino de la Casa Blanca, pero, ya se sabe, quedan dos años y hasta el rabo todo es toro.
Y mientras dure el toro, aquí estaré yo, informando a mis lectores y comentando la jugada. Mientras tanto, un fuerte abrazo.